Que conste en actas que no planeaba desvelarme ni buscar el insomnio gratuito de la adrenalina. Cúlpese a la Compañía de Luz y Fuerza (del centro). Fiumm, se fue la luz, tic-tac y no regresó hasta que se le dio su regalada gana. Ok, ya acabé aquello. Abro mail. Los vecinos soñaron cruento gracias a mis risas histéricas: un cliente terminó de corregir sus mega-cuartillas (yo creí que aparecería en un mes más); tan fresco como lechuga envía sus archivos: ¡vamos a darle! Agh, a darle a la piñata. Veo con tristeza mis libritos pendientes (unos cuentos condimentadísimos) y MIS pequeñas cuartillas mudas. Entre más trato de librarme de todo, todo crece y crece y crece. ¿O será un vil pretexto? ¿será que sólo podré escribir en un blog? ¿será la maldición de LA momia? (Rax la conoce, jeje, luego la traigo a vivir aquí). A la calle otra vez...
jueves, junio 05, 2003
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