RIP. Hoy mi mouse se suicidó; nunca me fijé si andaba deprimido o la carga de mi palma era tal que le provocó perder cualquier esperanza de corretear libre de cables y pad. Fue un buen mouse, sustituto de uno óptico, muy hightechno pero con una breve existencia (tan delicaditos ellos). Y digo que se suicidó porque no creo que el andar yo distraída y tirarlo sin querer sea cierto. A lo mejor no fui suicidio y por un momento el mouse se creyó Ícaro, la culpa ha de ser del cuadro que tengo aquí, Matisse puede ser harto persuasivo. Y voló unos segundos, pero los cables evitaron el despegue, o las alas no tenían cera suficiente o algún sol invisible lo derrotó. Eso es, el sol de ciertas voces que lo distraen a uno. Que el sol llame cuantas veces quiera, así tengan que sucumbir todos los mouse del mundo.
viernes, junio 20, 2003
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