El desayuno tuvo sobremesa hasta las tres de la tarde. Quedé complacida con las portadas ya impresas, reímos, afinamos un jugueteo de letras y se contaron mezquinas intrigas que pululan por ahí. Me desmañané para hacer enchiladas verdes (unas que tienen fama en esta cocina). Hoy no trabajo en nada; vimos llover, Peter Murphy en las bocinas y arrojaré una moneda para decidir cuál de mis ocios reinará en lo que resta del día.
Mis conocidos se dividen en amigo-hermano, amigo-hijo, amigo-padre; los más son hijos (tengo complejo de mamá-gallina), unos pocos son hermanos y sólo UNO es padre. Mi amigo, El Árbol, es único, y hoy estuvo a la mesa. Él ahuyenta las nubes, el ácido de los cítricos y los chismes de lavadero (la mezquindad humana es vomitiva). Curiosamente, mis conocidas siempre son amigas-hermanas (Rax es eso, una hermana). Tengo pocas amigas, las mujeres son (somos) complejas...
Sí, sí me agüitaron las intrigas esas, por eso hoy nos damos al ocio, a huir un rato pues...
sábado, junio 07, 2003
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