Sin novedad, sólo a punto de tomar un decisión (de esas cuyos resultados o son rojo infierno o anuncio neón muy pop); metemos correcciones contra reloj; cortaron los teléfonos (el embrujo de los billetes los volvió a unir); en una hora salgo a las húmedas calles y he sido bautizada por un ola de vidrios (en micro-emisario de la ciudad), mínimos rasponcillos (la suerte y la estrella están de mi lado). Y todo esto seguro es producto de haber invocado a ciertos dioses prehispánicos: existe una revistilla, que aparece cada estación, de la que poseo el honor de la diagramación complementada con pequeñas viñetas; hasta ahora había elegido las de una amiga grabadora y, después, varias del medioevo. Ahora so pretexto del solsticio dediqué la noche a preparar viñetas prehispánicas. Hermosas, pero en cada línea guardan sorpresitas.
miércoles, junio 04, 2003
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