Víctima de la ansiedad. Tal vez hormonitas ayudaron. No logramos cobrar nada, mi saldo: $10.00. Si no me pagan, no pago, si no pago inician las llamadas y los papelitos de: usted presenta saldo vencido, la inscripción es tanto, debes dos meses, debes tres, todos toman. Odio esa móndriga pirinola económica; uf, y ni siquiera tengo tarjeta de crédito (me imagino que la cosa se pondría más espesa). En estos momentos es cuando odio mi trabajo, parte consiste en rellenar tiempos y ser sensibles ante las angustias de los clientes. ¡Chinga! eso esperaría de regreso. Ese es el problema, esperar. Creo que estas zozobras económicas sólo me conectan a zozobras más hondas, reales y que habitan en extraños territorios (y por lo visto son inextinguibles). Luego pasa... Ok, checo el mail...
miércoles, junio 11, 2003
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