Aghhh. He sido castigada por los hados del domingo (no maldigan los domingos, never). Son las 2 de la madrugada; mi patética impresora se calienta cada 20 páginas así que vengo a bloguilandia en lo que se enfría. Toda la culpa la tiene el huevo-con-tocino que me despertó el domingo a las 8 de la mañana. Sacrilegio. Mi estómago se despierta pasadas las nueve; la nausea no es un buen reloj despertador. Pero las visitas no lo saben; tampoco saben que vivo de noche y que las mañanas (sobretodo las del domingo) son para dor-mir no para freír huevo-con-tocino. (impresora dice hola). Mañana hay taller. Corrección, hoy, hoy martes. Haré que mis pupilos inventen un ser fantástico (aunque temo que alguien describa al horrible huevo-con-tocino que acecha al amanecer). (Impresora dice apúrate). Tan-tán.
martes, mayo 13, 2003
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