[...] Pero a veces renegamos de la ciudad porque otros nombres nos inquietan, porque una fotografía o el cartel de una agencia de viajes o una sola palabra, Praga, Nueva York, Estambul, nos avisa que el mundo no se termina en el límite de nuestra mirada, y que acaso esa costumbre que llamamos lealtad no sea sino el indicio de una resignación más sombría que el fracaso[...]
Antonio Muñoz Molina (Diario del Nautilius)
lunes, mayo 05, 2003
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