decidí irme unos días con un amigo caracol, pero he resuelto quedarme
me enseñó a arrastrarme por la tierra y a permanecer oculto demasiado tiempo, lo suficiente como para hacerme pasar por muerto y entonces emprender la graciosa huida
no hemos comido nada en 2 meses, no nos ha hecho falta. cuando nadie nos ve salimos a buscar algo de alimento pero no hemos encontrado algo que nos satisfaga
nos refugiamos en un librero y la madera es difícil de roer
al papel no le queremos hacer daño, demasiado conocimiento para nosotros que ya no queremos nada de la vida
así que por ahora el caracol y yo nos hacemos pendejos ocultos bajo nuestra concha blanca esperando el momento de huir o de matar a la vida o de ser asesinado por un imbécil que tiene por costumbre no mirar hacia abajo
Alfonso Morcillo
martes, julio 08, 2003
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