domingo, julio 13, 2003

Un fin de semana larguísimo, y aún no se detiene. En ciertos viajes que organiza rax (quien me regaló cálidas horas sabatinas) encontré una galaxia que tendré que visitar:
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Existen otras más coloridas, luminosas o tétricas, pero la forma de esta es especial. Es una lemniscata perfecta, (el símbolo del infinito para el álgebra y el del triunfo último del espíritu sobre la Unidad para los alquimistas). Las lemniscatas asoman en lugares curiosos: en amasijos de cables telefónicos, bajo forma de ouroboro, en ligas doblada y en dos cartas del tarot.
Hojeo las notas sobre este juego de cartas, toca clase; una clase ajena a los roles adivinatorios, y más cercana al origen y evolución de esta manifestación plástica. La raíz es la iconografía medieval en la que se incluyen iconos latinos modificados, paulatinamente, por la iconografia cristiana. La historia es larga y sinuosa, y ha derivado en verdaderas curiosidades (hay tarot de mago de Oz, de Hello Kitty, y de Durero y Bosch). Historia, formas, colores, blasones de familias italianas, comunión de iglesias; su aspecto adivinatorio es el otro lado de la moneda, o tal vez el lado oscuro de la luna.
La lemniscata ciñe la cabeza de El Mago-El Prestidigitador; algunas personas tienen dejos de esta carta: actúan, hablan, juegan, ríen, desconciertan... Dan vértigo, mas ponen el mundo de otros en movimiento; son lúdicos, en sus pupilas se refleja el infinito y uno los evoca todos los días.
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Tarot de Marsella

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